11/12/2007

La Bestia

Durante las ultimas noches en la casa de Duncan, me he sentido algo extraño, no es que este incomodo, por ese lado no hay problemas, todos tenemos nuestro espacio y tiempo privado, pero mi malestar va más alla de esas cosas triviales, que sólo le preocuparian a un Toreador o Ventrue. Lo que me causa extrañesa, es el sentir correr por mis venas, la necesidad de liberar lo más oscuro de mi ser, esa criatura que se oculta en el interior de nuestras almas y cuerpos, devorandonos lentamente, sin dar señales de lo que ocurre y pasando de forma desaperscivida por nosotros, pero es más, se que en mi interior hay algo que no podre contener, cuando el momento se presente, su poder será más que el mio, sucumbire antes sus deseoa y designios, dejare fluir por mis venas, el poder de la brutalidad, pero no de la brutalidad, dada por la falta de razón, sino la brutalidad salvaje, ese animal que se lleva por dentro, dando rienda suelta a los instintos primarios.

Siento el llamado que hacen mis hermanos, el viento trae consigo sus voces, alentandome a que vuelva al ceno de Gaia, al regaso de la bondadosa madre que me vio nacer mortal y volverme inmortal, dando un terreno en el cual vivir y un ganado al cual cazar, no puedo negar, que el cantar de la tierra me atrae, me seduce a volver, pero no pertenesco, al mundo de mis hermanos, he vivido en las sombras desde que renaci, no conosco el gozo de la luz, sólo el dolor que me otorga, siento el suelo bajo mis pies, dadome aliento a hechar a correr, liberandome de las cadenas que me atan a la sociedad "cainita", deseo cazar, sentir el aliento de mi presa, apagarse lentamente, ver sus ojos nublarses y sentir su sangre llenar mi boca, beber el dulce nectar que la vida sesgada ofrece.

Se que la bestia esta sedienta, no por la falta de sangre, la sed que recorre cada fibra de mi cuerpo, es de violencia, salvajismo, liberar las ancias de causar el mayor daño, sin dejar huellas, el poder ver, como el ciclo se cumple.

La puerta se abre, quien vendar a la cueva de la bestia, que es lo que el osado busca, nadie lo sabra, hasta que la hora de la caseria este dada, mientras no se levante la hermosa Selene en sus ropas de caza, cuando la luna del cazador se muestre, esperare en las sombras, acechando, vigilando y sobretodo saboreando el momento, aquel dulce momento, en el que puede perforar tu piel, ese saco de celulas, que encierra, el licor que busco.

Carpen Noctem

Byron, Agente X

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